Definiendo los colores. Entramos en el mundo de la postproducción de los coloristas con Kaurus
Se les puede encontrar tanto detrás de puertas anónimas en las callejuelas de las ciudades, como en las mesas de recepción de las compañías de postproducción de mayor prestigio. Fuera del cine, la televisión y la publicidad, el trabajo que desarrollan suele confundirse más que alabarse. Sin embargo, este sector de profesionales cualificados tiene más control que cualquier otra persona sobre lo que miramos y sentimos cuando estamos viendo una producción, ya que son los responsables de generar la paleta de colores que puede hacer de una película algo memorable o cargársela, hilvanar costuras invisibles entre la realidad y el CGI y hacer posible que las pisadas de osos polares combinen con las de los pumas captados en años, continentes y formatos totalmente distintos entre sí.
El término “colorista” parece tan claro que rara vez se acompaña de una explicación. Aun así, sin ellos, todo aquello que vemos sería prácticamente invisible. Al igual que la obra de Claude Monet, sus habilidades afianzan nuestras emociones visuales a través de la luz, las sombras, el reflejo y la pigmentación.
La reputación lo es todo
Una de las empresas que aprecia el valor del trabajo de los coloristas es la socia de la colaboradora británica de Christie, Kaurus. Los fundadores de la compañía, los hermanos Peter y Paul Sutton, cuentan ambos con experiencia profesional en el mundo de la posproducción, habiendo trabajado en un primer momento para Rank Cintel y sus exploradores de punto móvil de Telecine (aquellos maravillosos dispositivos que en su día eran necesarios para la transcripción de películas a formato TV).
Desde entonces, Kaurus está asentada en el mundo de la posproducción, y se ha ido labrando poco a poco una reputación de empresa que sabe cómo equipar de la mejor manera los conjuntos de graduación (Grading Suites) donde trabajan los coloristas, las salas VFX donde se examinan los detalles de las imágenes al mínimo detalle y las salas de proyección donde los clientes acuden a ver el trabajo (y su inversión) por primera vez. Todo ello les ha llevado a posicionarse como uno de los proveedores e integradores con más renombre de la proyección digital para su grabación y emisión.
Este es un sector en el que las reputaciones son la divisa por excelencia, donde los clientes han llegado a cambiar contratos de una empresa a otra con tal de seguir a los coloristas especializados porque simplemente les gusta su trabajo. Es una industria bastante hermética donde todo el mundo se conoce y espera que el resto conozca su trabajo.
No hay donde esconderse
Tal y como afirma Peter Sutton, “no hay donde esconderse; simplemente serás tan bueno como lo haya sido tu último trabajo”. Esto es algo que también se aplica a la tecnología y Peter afirma al respecto que utiliza la proyección Christie por dos sencillas razones: porque “ofrece a nuestros clientes el máximo grado de calidad de imagen” y porque “en ella depositan su confianza los coloristas que necesitan estar totalmente seguros de que, aquello que ven al crear ‘una apariencia’ corresponde con aquello que el director pretendía”.
Peter afirma que conservar esa confianza puede en ocasiones implicar que se diga a los clientes que el paquete del que se habían enamorado no es la mejor opción para ellos; algo que afirma haber hecho anteriormente y que haría de nuevo sin duda. Puede que suponga perder ventas, pero al mismo tiempo favorece mantener la reputación de Kaurus y la de sus clientes intacta.
Revelando el pasado
Resulta irónico que el mundo de la posproducción se esconda tan fervientemente de la vista del público, y aún más si cabe por lo determinantes que son para aportar calidad a lo que ven. Aunque a veces se puede mirar un poquito por el ojo de la cerradura. Recuperar material de archivos cinematográficos y pasarlos a formato apto para el visionado es un trabajo de posproducción lento y meticuloso, tal y como ha podido comprobar la Biblioteca Nacional de Escocia, que ha abierto al público las puertas de su Archivo de imágenes en movimiento en el Kelvin Hall de Glasgow.
El proyecto recoge miles de películas y vídeos que recopilan alrededor de 100 años de la historia de Escocia, desde la historia social, cultural e industrial hasta gente corriente en sus puestos de trabajo. Como parte del proyecto y trabajando codo con codo con los integradores escoceses audiovisuales de Glasgow Mediascape, Kaurus ha aportado sus herramientas de proyección DCI a color de posproducción al Kelvin Hall utilizando el proyector ampliable 4K CP2220 DCI de Christie, Christie IMB y 4TB NAS más un sistema de sonido Vive Audio 7.1 de Christie.
Así que, público y académicos quedan maravillados por lo brillante que puede llegarse a ver el pasado, y al mismo tiempo están viendo las habilidades del colorista con su trabajo. Están viendo los resultados de un proceso artesanal, que Kaurus y Christie comparten firmemente. Como dijo Claude Monet: “El color es mi obsesión, la alegría y el tormento durante todo el día”.