El auge de los making of
El mapping de proyección encuentra un inesperado terreno abonado
Mapping de proyección. El auge del making of.
En el mundo de la publicidad televisiva había una frase-comodín para tranquilizar a ese cliente nervioso y abrumado ante la complejidad del proceso y las incomprensibles denominaciones de los técnicos que hacen imposible averiguar quién hace qué: “No se preocupe, lo arreglamos todo en el montaje” se les decía con aplomo. Aunque aquel mito de que en la sala de montaje todo era posible tenía algo de exageración, sí era un lugar seguro en el que maquillar o eliminar fallos e imperfecciones en el silencio y la tranquilidad del anonimato.
La posproducción como panacea
Sin embargo, conforme la posproducción se ha ido sofisticando y lo analógico ha dado paso a lo digital, aquel mito se ha convertido en realidad. Hoy hay pocos horrores de rodaje que un montador experimentado, y con buen presupuesto, no pueda solventar con unas cuantas horas de trabajo en la sala.
¿Por qué entonces son tantos los anuncios y vídeos promocionales que incorporan, cada vez más, la proyección en vivo —en estudio o en localización— cuando el mismo efecto podría crearse sin problemas en la posproducción? La respuesta es que la fuerza y la energía del material rodado en vivo se hace notar, se transmite, y los directores lo saben. ¿Tendría el This is What You Came For de Calvin Harris con Rihanna la misma autenticidad si la cantante hubiera actuado delante de una pantalla verde en lugar de ante las proyecciones en vivo lanzadas sobre las paredes de un cubo CAVE (entorno inmersivo) por siete Christie 20k HD Roadsters? Los casi mil millones de impactos en YouTube generados parecen sugerir que no.
La fuerza del directo es imposible de fingir
Algo parecido nos muestra la asombrosa promo del Lexus LC 500, que usa Christie Boxers para proyectar imágenes en vivo en las paredes rocosas de una sinuosa carretera de montaña, como fondo de la inevitable escena de automóvil filmada a vista de pájaro con dron. Los resultados transmiten una sensación de urgencia impresionante y totalmente palpable. No hay duda de que la productora era plenamente consciente del esfuerzo extra del método elegido, sobre todo porque con unas tranquilas sesiones con CGI se habría alcanzado un resultado aceptable. Eso sí: muchísimo menos impactante.
Un caramelo para las redes sociales
Beneficios creativos aparte, la opción de la acción en vivo frente a la posproducción cuenta con una importante ventaja adicional que guarda relación con el auge del making of.
Un documental de making of es un caramelo para las redes sociales. Las redes son como una bestia insaciable, más dispuesta a devorar historias épicas y brillantes tomas con mapping de proyección en carreteras de montaña que imágenes del sufrido profesional afanándose en la tranquila sala CGI. No estamos seguros de que las dos producciones mencionadas optaran por la proyección en vivo por ese motivo, pero sí de que ambas se beneficiaron de una cobertura mayor y, como consecuencia, de mayores audiencias. El making of contribuyó a su éxito en las redes.
En todo caso, debemos recordar siempre que ese no es su objetivo principal, que a ese nivel de calidad nadie se plantea sacrificar la intención creativa original o la resolución técnica final. El papel desempeñado por la proyección debe, por tanto, planificarse al milímetro y ésta ha de ser tan predecible y perfecta como los demás elementos de la producción. A menudo, como en el caso del Lexus LC 500, no hay segundas oportunidades. Todo tenía que estar a punto y con la calidad necesaria esa misma noche. Y así debe ser. De otro modo, la recepción en YouTube, Facebook o Vimeo se resentirá durante años.
Por eso es fundamental contar con el equipo apropiado para el trabajo, y asegurarse de que las necesidades de la productora de la película se entienden a la perfección. Ni un estudio con una estrella mundial ni una montaña expuesta a la acción de los elementos son lugares en los que descubrir malentendidos técnicos de última hora. Elegir un equipo que proporcione el brillo requerido es sólo la mitad de la historia: la fidelidad cromática, la resolución y el control de la imagen — aspectos imposibles de fingir ni de improvisar sobre la marcha— son igual de importantes. Por eso vale la pena contar con algo tan potente y flexible como Christie Boxer.
Una maravilla para una buena historia
El mapping de proyección rodado en vivo es algo maravilloso y un regalo para una buena historia, de ahí su atractivo. En un mundo donde lo virtual lo invade todo, la autenticidad es muy valorada, hasta buscada. Por ello los making of marcan la diferencia y contribuyen a construir audiencia en las redes sociales.