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A veces, hacer arte es un proceso tan intenso que te olvidas de respirar…
El mar como único sonido y la monotonía de tu propia respiración mientras el agua fría te tensa los músculos y la mandíbula. Tu mundo, el mundo entero, se ha reducido al cristal luminiscente de tu visor. Sigue mirando, sigue respirando, tan solo recuerda respirar mientras la bailarina de ballet continúa con su baile subacuático…
El agua caliente de la piscina relaja tus músculos. El único sonido, el latido de tu corazón. Tu mundo, el mundo entero, se ha reducido al cristal luminiscente de tu visor. Pero, esta vez, en tu cabeza piensas que “es el momento de respirar, llegar a la superficie y respirar”, pero tu corazón te pide “una fotografía más” mientras la bailarina de ballet continúa con su baile subacuático.
Piscinas climatizadas y el mar abierto como entorno artístico
Así es como comienza el arte de Roark Gourley. No en cómodos estudios ni en cabinas de edición con aire acondicionado, sino con baños en piscinas y con botellas de buceo en mar abierto. Parece que no ser capaz de respirar le hace concentrarse y liberar su arte, y le ha llevado a lograr que el vídeo sea una de las innovaciones artísticas más impresionantes de los últimos tiempos.
En su obra se combinan tres disciplinas: fotografía submarina de alta definición, ballet, y la pintura con luz. Las dos primeras se explican por sí mismas, pero la tercera siempre se ha considerado algo original, sobre todo al haber pasado por las manos de genios de la talla de Picasso y Man Ray.
La obra de Roark Gourley ya sería increíble solo por esta combinación, pero es que además nos muestra el potencial de su arte para poder ser tan influyente como el Reichstag envuelto de Christo y Jeanne-Claude. Esto es arte a gran escala concebido para un lienzo a gran escala y tiene el potencial de cambiar la proyección y la cartografía de proyección.
Podríamos haber escrito sobre lo bella y etérea que es la obra de Roark Gourley, porque es de verdad impresionante. O podríamos haber hablado largo y tendido sobre cómo la proeza técnica de los proyectores Christie han dado vida a su obra. Pero si lo hiciéramos, perderíamos de vista la talla artística de Roark y el éxito que ha comenzado a cosechar.
Paralelismos cinematográficos
El historiador de cine Tom Gunning describe los comienzos del cine como “el cine de las atracciones”, en el que tan solo con ver una imagen en movimiento era suficiente para entretener a las masas. Solo más tarde la habilidad narrativa del cine podría revelarnos que se trataba de una nueva forma de arte.
Entonces, es equivocado pensar que, con las nuevas proyecciones públicas a gran escala, nos encontremos ante la cima de algo. La cartografía de proyección tiene la capacidad indiscutible de crear un espectáculo, pero ¿es ese espectáculo la cortina que no nos deja darnos cuenta del potencial artístico de una nueva forma de arte increíble y aún por concebir?
“Luz líquida”. Hotel InterContinental, San Diego
Puedes ver cruzar este límite, en directo, en la obra de Roark que se sitúa fuera del Hotel InterContinental de San Diego. Las ordenanzas municipales de la ciudad exigen que las construcciones de este tamaño muestren algún tipo de arte al público. En este caso, la Luz líquida de Roark Gourley. Todo el mundo puede ver sus hipnóticas imágenes en un mural proyectado de 5,5×44 metros. Es realmente espectacular, pero la historia que narra y las imágenes utilizadas impresionan tanto como su tamaño. Cuando el significado y el contenido sobrecoge al público más que los aspectos técnicos, es cuando te das cuenta de lo que su arte es capaz de conseguir.
Casi puedes ver el momento cuando el público olvida que se trata de una imagen proyectada de manera compleja pero increíblemente bien ejecutada y cómo se sumerge en ellas. Y sí, se olvidan de respirar.