Fresca y amable, innovadora y optimista. Presentamos nuestra nueva marca.
De vez en cuando, las empresas de todo tamaño y condición anuncian un rebranding a bombo y platillo. Y la gente se pregunta por qué. Calvin Klein lo hace, Apple lo hizo en su día, al igual que Starbucks, y, recientemente, también lo ha hecho Christie. Esto puede sugerir que detrás de la paleta de color escogida y de las horas empleadas en el proceso existe una razón comercial; los cargos directivos nunca suelen estar complacidos.
Por lo tanto, si no ha producido por estos motivos, ¿a qué se debe? Para entenderlo, tenemos que explicar cómo se supone que las marcas tienen que funcionar. Lo primero que hay que saber es que los logos, colores, y todo lo demás, no son marcas en sí, sino la expresión de algo mucho más profundo. Una verdadera marca es tanto un contrato por escrito con una empresa y sus partes interesadas (“esto es lo que os prometemos”), como un contrato emocional (“así es como te cambiaremos si nos contratas, y los demás podrán verlo”), sobre todo si se trata de marcas de consumo.
Si alguno de estos “contratos” cambia de forma significativa, la manera más efectiva de trasladar esto es mediante un rebranding. Nuevo acuerdo, nueva indumentaria, nueva imagen.
Un cambio de la indumentaria no significa nada
Pero lo contrario tampoco es cierto; un cambio en la forma de vestir no significa nada por sí mismo, ya que no te vas a convertir en Superman solo por ponerte su capa y sus traje. Sin los cambios subyacentes que lo soporten, un rebranding es autocomplaciente y prácticamente inútil.
Así que, cuando veas el nuevo sitio web de Christie y sus nuevos colores y notes un tono más informal en nuestros textos, puedes estar seguro de que este cambio responde a un cambio mucho más profundo, invisible desde fuera, y que nos ha llevado a intentar mostrar un nuevo estilo en nuestro diseño.
Estos cambios se han ido planeado durante mucho tiempo. La intención es asegurarnos de que Christie continúe viéndose como una empresa innovadora y accesible que apoya a sus socios y a toda la comunidad cinematográfica y audiovisual. Nos resulta especialmente importante que así sea durante la presente crisis actual, y más aún cuando logremos salir de esta y podamos volver a nuestra vida normal.
Optimismo persistente
No creemos que los cambios que estamos aplicando vayan a lograr titulares por sí solos, pero el efecto acumulado va a ser significativo, llamativo y de largo alcance, y mostrará el optimismo persistente que ha formado parte de la marca Christie desde sus comienzos, sin que importe la indumentaria de nuestros empleados o las circunstancias que tengamos que afrontar.
Puede que la incertidumbre suela vencer al optimismo, y más tal y como están las cosas en este momento, pero tememos la convicción de que mañana será un día mejor y más brillante tanto en lo que respecta a lo puramente audiovisual como en lo personal. De este modo, pensamos que nuestra nueva imagen es la expresión exterior de una determinación interior y de una resolución que apreciamos en nuestros socios y en nuestro sector.
Pero esto es lo que sucede con las marcas, las empresas y el esperar un futuro mejor: lo importante son los cimentos que lo sostienen todo.