¿Qué tal? Soy Kari.

La llamada se conecta y aparece Kari, de 23 años, con una sonrisa tan amplia y brillante como sus ambiciones. El fondo de colores tras ella es lo que menos brilla de la pantalla, ya que Kari Martínez se niega a ser eclipsada por nada. Puede que apenas pase de los veinte años, pero ya se está dando a conocer en el sector audiovisual, y eso que solo acaba de empezar.

Lo que más llama la atención es cómo lo ha conseguido. Aunque contaba con poca experiencia en el sector, y no estaba muy segura de cómo otras mujeres habían salido adelante en este mundillo dirigido por hombres, Kari no se escondió para comerse la cabeza. Creó una encuesta de hábitos, se lanzó a las redes sociales y preguntó. Y respondieron las mujeres del sector: mujeres de todas las edades, razas, regiones y religiones y especializadas en sonido, iluminación, vídeo, TV/cine y CTIM.

Hacerse un hueco

Y ella se preguntaba, ¿cuánto tuvieron que arriesgar mujeres como ella para hacerse un hueco? ¿Era necesario, en sus palabras, minimizar el hecho de ser mujer para poder hacerse un hueco? ¿Sería tomada en serio si no lo hiciera?

Puede que todo comenzase para buscar el consejo de mujeres más expertas, pero esa primera búsqueda sentó las bases para su estudio. Resultó que alrededor del 43 % de las mujeres que respondieron piensan que tienen que ser “uno de esos tíos” para poder encajar y conseguir trabajo; el 22 % piensa que, en cierto modo, deben hacerlo, y el 36 % piensa que no es necesario. Parece ser las mujeres del sector no logran ponerse de acuerdo.

Aun así, gracias a la encuesta de Kari, se descubrió que más mujeres del sector tenían las mismas inquietudes que ella, y su investigación, unida a la personalidad atrevida de Kari, dio lugar a una encuesta de mayor envergadura. El estudio Women + Girls in AV fue más allá, obtuvo cientos de respuestas y una gran cobertura positiva por parte de los medios. 

Eres bienvenida aquí

Como explica Jennifer Willard, mujer de este mundillo, en otro artículo de esta edición, la encuesta reafirmó mucho de lo que había vivido Kari Martínez, una joven que intenta hacerse un hueco en la industria. Ella solo quería saber si el sector por el que se había decantado iba a acogerla y, aunque nosotros sabíamos que sí, ella no, y no podía encontrar una manera de demostrar lo contrario.

Eso supuso una gran preocupación, aunque iba a resultar difícil encontrar a alguien con más motivación, talento o entusiasmo por este mundo que Kari Martínez. La ingeniería de sonido, tal y como explica, “es mi forma de expresión”, así que ahora está haciendo justo eso, encargarse de los aspectos relativos al sonido en un lugar de culto en el que cada día demuestra su ambición por aprender más y más.

Si nuestro sector necesita talentos como el de Kari, también necesita cuidarlos, así que quizá estamos siendo un poco estrechos de miras. Sí, siempre hemos recibido a las personas con los brazos abiertos, pero ¿no es hora de tratarlas como se merecen?

¿No es hora de ir más allá de lo audiovisual y preocuparnos por acoger al talento como se merece con independencia de su género?