Una mirada a la National Film and Theatre School.
El secreto mejor guardado y más valioso de todo el sector
En un lugar de Inglaterra, lejos, muy lejos…
Al margen de los profesionales del cine y la televisión, pocas personas saben de la existencia de la National Film and Television School (NFTS). Una lástima, pues la NFTS ha influido —e influye— en todo lo que vemos más de lo que muchos imaginan. Ciertamente, no participa del brillo y el glamur de Hollywood, pero el trabajo de sus alumnos resuena por todo el planeta con la misma persistencia y vigor.
Si no, lean la siguiente lista de películas y verán hasta qué punto llega esa influencia: Star Wars: El despertar de la Fuerza, Los juegos del hambre, Spectre, Los Minions, Amy, Shaun el cordero, El Hobbit… O las series Doctor Who, Juego de Tronos, Ripper Street y Everest. Todas ellas —películas y series— han contado con la participación de alumnos que han pasado por la NFTS y que han escrito, montado, dirigido o producido algunos de los productos de entretenimiento más prestigiosos de los últimos tiempos, lo que, para una escuela de cine cuyos inicios se remontan a unos estudios abandonados en Beaconsfield, no es poca cosa.
Por eso, durante más de una década, Christie haya sido un partner entusiasta de la escuela. Para nosotros representa una oportunidad única de promover y mimar el talento que garantizará el futuro del cine, apoyando individualmente a alumnos en sus estudios, ayudando a la escuela a equiparse durante el cambio del celuloide al cine digital, y patrocinando el premio anual de la escuela. Unos pasos prácticos que buscan fortalecer la salud y el vigor del séptimo arte.
Pero, exactamente, ¿cómo se las ha arreglado la NFTS para lanzar al mundo un número tan alto de creadores de obras tan alabadas por la crítica y éxitos de taquilla tan indiscutibles? ¿Qué hay que tener para ganar cien premios BAFTA?
Talento del mundo real al servicio de la narración de historias reales
Los cursos que se imparten en la NFTS son ante todo prácticos, y eso es posible gracias a unas instalaciones que comprenden tres platós insonorizados, un estudio de televisión, salas de montaje, una sala de cine equipada por Christie, espacios de posproducción visual y sonora, y áreas específicas para compositores, animadores y creadores de juegos. El que tanto profesores como alumnos sean cineastas facilita la comprensión, desde el primer momento, de los aspectos comerciales del arte.
Ningún alumno trabaja aisladamente. Igual que sucede en el mundo exterior, en la NFTS han de aprender a trabajar en colaboración y asimilar que el éxito de su trabajo descansa, en última instancia, en las habilidades y el compromiso de otros. Quizás un aspirante a guionista, centrado en la construcción narrativa de su historia, tema que su visión personal acabe diluida en ese trabajo colaborativo; pero es precisamente esa necesidad de trabajar con otros profesionales y de dirigir el talento ajeno lo que hace del cine un arte visual tan estimulante. Y eso sólo se aprende con el enfoque práctico que impregna la NFTS.
De ahí que sean tantos los que ven la NFTS como una escuela internacional de élite para la formación en cine y televisión. Sus alumnos, licenciados en escuelas de cine de prestigio internacional o, en algunos casos, con incipientes carreras cinematográficas, saben que la NTFS les conducirá a un nuevo estadio profesional antes, y con mayores posibilidades de éxito, de lo que serían capaces de conseguir con sus propias fuerzas. Esa es otra de las razones por las que nuestra contribución es de tipo práctico; una contribución que a menudo se materializa en productos Christie que ayudarán directamente al futuro profesional de esos alumnos y que en el pasado ha consistido en proyectores digitales, precisamente el tipo de producto al que, de otro modo, era muy difícil acceder.
Énfasis en lo argumental
NFTS otorga máximo valor al argumento. Es lo que atrapa al público, hace avanzar la narración y permite a los grandes cineastas contar verdades incómodas y abordar temáticas difíciles. Esa es quizás una de las causas de que licenciados de la NFTS estén tan solicitados: cuando salen de la escuela conocen a la perfección cuáles son los mecanismos que hacen que una historia funcione y son plenamente conscientes que en la narración de historias la comunicación humana alcanza sus máximas cotas.
Algo cierto en todos los casos, no importa el género en el que nos centremos: de un trepidante film de acción de dos horas a un spot televisivo de veinte segundos. Sin una historia coherente no habrá reacción de la audiencia, y no importa cuál sea la especialidad profesional —guionista o montador, técnico de sonido o de color—, todas juegan un papel fundamental en dar verosimilitud a la historia y en atrapar a la audiencia en su verdad.
Talento nuevo
Hacer cine nunca fue fácil. Tampoco triunfar en el cine. En el pasado, alcanzar el éxito en cualquiera de las diversas disciplinas cinematográficas dependía, hasta cierto punto, en saber a qué puerta llamar y esperar que esa llamada tuviera respuesta. Con frecuencia el peaje a abonar eran unos largos y mal pagados periodos de aprendizaje, un precio que muchos talentos cinematográficos no pudieron pagar con la consiguiente pérdida para la industria del cine.
En un medio cuya razón de ser descansa precisamente en la creatividad, ese desperdicio de talento es muy de lamentar. Si todo lo que la NFTS hiciera fuera ayudar a la industria a encontrar nuevas voces procedentes de todos los ámbitos de la vida, su existencia como institución estaría ya justificada. Eso es exactamente lo que Pippa Harris, presidenta del comité de cine de Bafta, decía recientemente: “Se trata de ser lo más inclusivos posibles a la hora de incorporar profesionales a nuestro sector, de incorporar también diversidad. La diversidad es fundamental si queremos seguir contando con el favor del público. No exagero al afirmar que de ella depende el futuro de las industrias creativas”.*
Y esa es la auténtica fortaleza de la NFTS y del patrocinio de Christie: ofrece profesionalismo y formación; mantiene vivas unas habilidades conquistadas con gran esfuerzo y los estándares al máximo nivel; pero sobre todo, mantiene la importancia del cine inyectándole un talento nuevo y original que, de otro modo, pasaría desapercibido y se perdería.
El cine y la televisión descansan, como negocio, únicamente en dos pilares: en quienes quieren hacer películas y en quienes quieren ver las películas creadas por aquellos. Durante más de cuarenta años la NFTS ha sido fiel a ese contrato no escrito entre el creador y la audiencia, fomentando talentos tan diversos como los de Nick Park, Andrzej Sekuła, Sarah Gavron o David Yates. Por eso la NFTS es tan importante para el cine y la televisión y por eso merece el apoyo de todo el sector. Si cree que su empresa o institución puede contribuir, en la web NFTS encontrará todo lo que hace falta saber. Sin ellos, nuestro mundo y nuestra industria serían un lugar de creación infinitamente más pobre.
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Carl Thompson elegido “alumno más prometedor de 2016” con el patrocinio de Christie
Además de suministrar material de proyección digital a las salas de cine y proyecciones del NFTS, Christie patrocina también el premio anual al “alumno más prometedor”. En la edición de 2016 el galardón ha ido al estudiante de efectos digitales Carl Thompson, que cursa el último año del Máster de Efectos Digitales y se ha especializado en graduación de color. Carl califica de impagable su estancia en la NFTS, afirmando que ha ampliado notablemente su manera de ver la ciencia del color y le ha dado la oportunidad de usar plataformas de difícil acceso, como Baselight.
Próximamente llevaremos a cabo una completa entrevista con Carl para hacernos una idea sobre el futuro que aguarda a un alumno estrella de la NFTS…
*The Observer. Domingo, 14 de febrero de 2016