Los cambios son normales, pregúntaselo al Ejército
Durante la mayor parte de la historia de la humanidad, si querías recorrer cualquier distancia, como ir a la ciudad más cercana, o ir a la guerra, te subías a lomos de tu caballo.
Pero las cosas cambian. Y, ya que hemos tenido la suerte de vivir en un mundo relativamente estable durante los últimos cincuenta años, siempre ha resultado fácil equiparar el cambio con el progreso, pero no siempre ha sido así. De repente, llegó la COVID-19 y nos desestabilizó a todos.
Se necesita esa potencia de los caballos
Conmy Hall se construyó en una época en la que resultaba imposible, incluso una locura, pensar que dejaríamos de necesitar a los caballos. Nos encontramos en 1934, en una instalación ecuestre cubierta bastante vanguardista construida para la caballería del General George Patton. Por unas cosas o por otras, tanto los caballos como los jinetes se tuvieron que retirar. El Ejército estadounidense tuvo que afrontar un cambio inevitable, tal y como le sucedería a todo el mundo posteriormente, abandonando, así, un enorme edificio apenas amortizado.
Lo que sucedió después no fue tanto una adaptación como un cambio estructural radical. Conmy Hall se ha utilizado a veces como gimnasio, a veces como zona de eventos y otras como un recinto para reuniones y sesiones estratégicas de numerosas empresas. Se trata de un estadio enorme con una capacidad para 1200 personas que en el pasado acomodaba a una incansable tropa de caballería del Ejército estadounidense o, en ocasiones, a alguna de sus bandas tocando al máximo volumen. De hecho, incluso el mural de LED CorePlus de Christie® de 12 millones de píxeles y una anchura de 44 metros tiene una entrada de apertura automática retráctil de 7 metros construida directamente en el propio edificio. Sin duda, este es uno de los motivos por los que, hoy en día, el Ejército, la Casa Blanca y el Ministerio de Defensa utilizan este espacio de más de 10.000 metros cuadrados para sus ceremonias y presentaciones.
El fin de una era
Nadie sabe a ciencia cierta lo que pensarían ahora esos hombres que entrenaban, montaban y cuidaban de los caballos, pero probablemente lamentarían el fin de una era que les había dado un objetivo y trabajo. Donde nosotros vemos progreso, ellos habrían visto algo muy diferente. Y ahora estamos en su lugar, haciendo apuestas sobre lo que el futuro puede depararnos, preguntándonos cómo estos cambios sociales, como trabajar desde casa, van a alterar los mercados o si el distanciamiento social seguirá poniéndole la zancadilla a las experiencias compartidas. No es de extrañar, pues, que las mismas empresas encargadas de la instalación de Conmy Hall son ahora las que siguen ese hilo de pensamiento; empresas como The Bridge Group, VCB Events LLC, y Quince Imaging no son precisamente famosas por dormirse en los laureles.
Apetito de cambio
Esa es la clave del sector audiovisual: suele llevar bien los cambios y siente el apetito por el próximo éxito o tendencia social. Es cierto que este cambio ha sido paulatino en el pasado, pero ¿hay alguna razón para dudar del éxito del sector audiovisual en esta ocasión, únicamente porque esta vez el cambio sea integral? No tiene pinta.
De lo que sí tiene pinta es de que va a conllevar incluso más cambios. No va a ser fácil, nunca lo es, pero siempre hay que saltar los obstáculos cuando estamos frente a ellos.
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