¡Zas! ¡Catapúm!
Kirk tiene su fáser. Luke, su sable láser. Los marcianos de H. G. Wells tienen sus rayos de la muerte y, gracias a todo esto, en la cultura popular quedó muy claro qué era el láser y para qué se usaba. Solo que, en la vida real y salvo algunas excepciones, no hemos podido disfrutar de todos esos “¡zas!” y “¡catapúm!”.
Sí, en los años 70 y 80 existieron esos espectáculos con láser que daban a las bandas de rock unos efectos tan insostenibles como sus peinados, pero, si lo miramos con perspectiva, la historia del láser no ha sido la del poder desatado e impresionante que se esperaba, sino que más bien ha sido tan silenciosa que sus avances apenas se han advertido.
No podemos subestimar su impacto: el láser hizo que las impresoras corrientes fueran eficaces, hizo posible el ancho de banda de fibra y revolucionó la cirugía oftalmológica, pero tampoco arrasó con todo como se dijo que iba a hacerlo. No hay rayos láser cruzando el cielo nocturno ni tampoco cuchillos láser en nuestras cocinas para su uso cotidiano.
La emoción se acerca
Pero la emoción se acerca. Y va a hacer que Luke Skywalker (y unos cuantos más) tengan un aspecto genial.
La proyección de láser puro RGB es especial: nunca anteriormente habíamos tenido tanto poder en nuestras manos, y ahora somos capaces de controlarlo con la mayor precisión. En cines, atracciones de terror en parques temáticos, planetarios y en cualquier lugar en el que se muestre luz proyectada, se presenta un nuevo amanecer en el que el contraste es más preciso, el detalle está matizado hasta el extremo y los colores son mucho más vivos.
Porque no solo hablamos de lo especial que es la potencia de los proyectores de láser puro RGB, sino que la forma en la que esta potencia se muestra y se controla es lo que hace que haya supuesto un gran avance. Si la capacidad de crear luz a demanda es uno de los logros más importantes de la historia, la manera en la que hemos aprendido a dominarla es aún más impresionante. Las bombillas de filamento sustituyeron a las llamas de gas, y las lámparas de xenón sustituyeron a las lámparas de arco. Cada avance ofrece más potencia gracias a un mayor control, y el RGB lo hace como nunca antes se había hecho.
Una vez que lo has visto, no puedes volver atrás
Un mejor contraste, más brillo, color mejorado y unas increíbles experiencias 3D. La proyección con láser puro RGB ofrece más rangos creativos al cine, hace que las experiencias inmersivas sean más profundas, revolucionará el mapping, y establecerá nuevos límites sensoriales en las atracciones de terror y en los parques temáticos.
Si tus horizontes ya han llegado hasta los confines del universo, la proyección para domos en planetarios también romperá esa barrera. Las estrellas brillarán aún más.
El verdadero poder del láser
Si a su lista de pros le añades una vida útil extremadamente superior y un bajo mantenimiento, el láser puro RGB promete ser uno de esos puntos de inflexión sobre los que, más tarde, todo el mundo pensará que por qué antes las cosas se hacían de otra manera, ya que sus ventajas no tienen rival. Es justo decir que el largo viaje para controlar la luz, una de las fuerzas elementales verdaderamente genuinas, ha dado un paso de gigante con el RGB.
Los láseres de la cultura popular fantástica aún estallarán y derrocarán malignos imperios en los cines y en los parques temáticos, pero la verdadera revolución, la revolución del láser, ya se ha llevado a las pantallas.