¿Vas a salir? Ponte algo brillante
Los pilotos de carreras te lo dirán: no existe un sustituto para la potencia. Puedes tener un chasis de lo más versátil y la carrocería más aerodinámica, pero si no tienes potencia, no estás en la carrera. Y cuando hablamos de la potencia de proyección en este sentido, estamos hablando del brillo. Cuando se trata de proyectar en exteriores, si no tienes lúmenes, y muchos, es poco probable que pases de la línea de salida, y mucho menos que veas la bandera a cuadros ganadora.
Tomar control del ambiente
La proyección en exteriores puede darse en ambientes impredecibles o incluso hostiles debido a las inclemencias del tiempo. Esto quiere decir que es la misma proyección la que debe tener el control del ambiente teniendo una alimentación potente. Mientras que la proyección en interiores tiene lugar en espacios muy controlados, la proyección en exteriores suele estar casi siempre a merced del tiempo.
A no ser que estés en el desierto en medio de una noche sin luna, eso de “negro como la noche” no es del todo cierto, se trata más bien de un gris medio. Y en las ciudades y núcleos urbanos nunca llega a estar realmente oscuro por la contaminación lumínica, con sus innumerables puntitos de luz a la espera de reventar la burbuja de irrealidad de un proyeccionista. Súmale las pantallas de los móviles, faros que pasan, carteles de los comercios y señales de tráfico, todos ellos conspirando para hacer que la proyección sea todavía más difícil. No es de extrañar que ahora consideremos que 20000 lúmenes por proyector es el mínimo necesario.
Ladrillos imperfectos
Pero cuando se trata de proyecciones mapping, no se trata simplemente de proyectar imágenes estáticas en pantallas de cine perfectas. Queremos imágenes vibrantes, que hagan que te emociones y se te salgan los ojos, en las paredes imperfectas de edificios de ladrillo y monumentos de piedra, en superficies que absorben y disipan la luz, así que necesitamos más lúmenes. En muchos proyectos de mapping, esto implica contar con proyectores acoplados para que varios proyectores cubran la misma área. Originalmente fue una medida de seguridad en caso de que una unidad se cayera, ahora el acoplamiento es casi universal, simplemente para proporcionar más lúmenes. Y los equipos técnicos suelen optar por los pesos pesados de la proyección, la nueva generación de Proyectores RGB de láser puro como Christie Griffyn 4K50-RGB que aporta la friolera de 50000 lúmenes. Puedes acoplarlos de a dos o utilizarlos en un conjunto de multiproyectores, y sí, es espectacular.
No escatimes con los colores
Puedes ponerlo todo lo brillante que quieras, y eso está bien, pero es que además esos lúmenes extra también aportan colores más auténticos. Bien lo sabe Mark Ouwerkerk, gerente senior de ventas nacionales en Nationwide Video, una empresa de alquiler y venta de tecnología con sede en Estados Unidos, y nos lo explica a continuación:
«Si nos fijamos en cómo funciona el color, y dependiendo de su superficie, cuanta más luz tenga, menos se disiparán ciertos segmentos de color. Lo que hace que los colores se vean como tú quieres que se vean es la luz. Si de antemano trabajas con una iluminación pobre, no vas a poder conseguir los colores que estás buscando. Así que tira por lo alto, porque siempre puedes bajar la potencia de un proyector, pero una vez que llegas a la cima, no hay otro lugar donde ir».
Cuantos más lúmenes, más potencia
Todos esos lúmenes no solo hacen que tu espectáculo sea más brillante y mejor, sino que también permiten a los creadores de contenido hacer que todos esos píxeles se conviertan en algo especial. Los creadores, como los pilotos de carreras, saben que la potencia impulsa sus habilidades como ninguna otra cosa. Hace que sus arriesgados efectos sean creíbles, hace posibles los toques artísticos y hace que las exhibiciones de virtuosismo a toda velocidad sean de un realismo exorbitante.
Porque, al final, todo se reduce a la experiencia del público. Con más lúmenes se les ofrece un espectáculo mejor, que no se ve afectado por la luz ambiental, y lo pueden ver cuando les viene bien, a pesar de todo lo que puedan tener en mente. Nunca son demasiados lúmenes. No hay nada que lo sustituya.