No descartes el autocine; están cambiando de marchas
¿Qué es lo que tienen los autocines? A la fría y dura luz del día, simplemente son pantallas en blanco situadas en un aparcamiento. Pero de noche, bajo las estrellas, algo mágico ocurre. Aun sin contar con las comodidades de estar en casa o la sofisticación de los cines de toda la vida, siguen siendo iconos culturales muy queridos. ¿Puede que no sean la mejor forma de ver una película? Algunos así lo afirmarán. ¿Son la manera más memorable de ver una película? Sin lugar a dudas.
El autocine Blue Fox
Limpia el vaho del parabrisas, aparca el mundo, sintoniza la frecuencia de la radio y descubre por qué pervive el encanto de los autocines con una visita a la isla de Whidbey y el autocine Blue Fox en Oak Harbor, Washington.
Está un poco alejado de los transitados caminos de la isla de Whidbey, pero pocos autocines han gozado del éxito que ha tenido el autocine Blue Fox estas dos últimas décadas. La nostalgia por los autocines no basta para construir una empresa tan resiliente.
El autocine abrió por primera vez sus puertas hace ya 63 años, y los antiguos empleados de Blue Fox, Darrell y Lori Bratt, se hicieron cargo del negocio en 1988. La pareja entendía a la perfección cómo funcionaba el recinto y han ido añadiendo una pista de karts, un salón recreativo, opciones de acampada y ha actualizado el cine.
“Actualizamos y renovamos el recinto continuamente para hacer frente a los retos que van surgiendo,” dice Darrell. “Cuando nos hicimos cargo, la principal amenaza eran los videoclubs, y nos costó porque no conseguíamos productos de primera edición. Esa es la clave de los autocines, tienen que tener este toque rebelde para atraer al público, pero también necesitan contenido actual. Incluso yendo a contracorriente, están nadando en lo mainstream. Terminamos convenciendo a las productoras para que nos dieran títulos de estreno, sabíamos que podíamos hacer que funcionaran. Y así fue”.
El cambio a digital
El siguiente cambio clave para Blue Fox fue dar el salto al digital en 2012. En ese momento, los proyectores digitales de cine eran todavía una inversión arriesgada y valiente, pero Darrell nos cuenta cómo fue el mayor impulso que han tenido nunca en el negocio. “Las películas eran muy oscuras, tan oscuras que con nuestro antiguo proyector de arco de carbono resultaba muy difícil conseguir una buena imagen al aire libre; el digital fue mucho mejor”. Los fans de Blue Fox ayudaron al autocine en su transición al digital. De hecho, financiaron parte de la inversión vendiendo camisetas y sudaderas y recaudando más de 16000 USD.
Al final de la carretera
A pesar de no estar muy lejos de Seattle, la isla de Whidbey está en un ambiente rural, rodeada de campos, bosques y el océano Pacífico. El Blue Fox atrae a visitantes que vienen a pasar unas vacaciones al aire libre, y Darrell dice que esos visitantes perdonarán al tiempo casi cualquier cosa, siempre que puedan seguir viendo la película.
“Abrimos todo el año. Tenemos gente cuando llueve, hemos tenido a gente incluso cuando nevaba, tenemos público hasta con algo de bruma, lo único que de verdad nos molesta es una niebla muy densa que impide ver la pantalla. En el estado de Washington, en verano no anochece hasta las 21:30-22:00. Si ponemos una sesión doble, no terminamos hasta las tres de la mañana. Solemos aconsejar a la gente que se quede a dormir en sus coches, descansar unas cuantas horas, montar una tienda o, si pueden usar la parte trasera de una camioneta, que la utilicen. Prefiero verlos “caer” aquí que en la carretera.
De vuelta en la carretera, pero sin quedarse atrás
Pero remontarse a hace años no significa necesariamente quedarse atrasado. El cambio al digital fue tan solo la primera de las inversiones de los Bratt. La pareja ha vuelto a invertir en la cabina de proyección instalando un proyector de cine de láser puro Christie® CP4450-RGB, el proyector de acoplamiento directo más luminoso del mercado. Este innovador proyector de cine 4K RGB ofrece al púbico imágenes tan coloridas y detalladas que parecen de verdad. Y, con un output de 55000 lúmenes, los Bratt pueden proyectar las películas antes y el público puede ver películas de estreno brillantes y vibrantes, todo al aire libre.
Parece que, allá donde vayas, el autocine no va a quedarse fuera de la carrera.