Misión cumplida: el paso de la película 1570 al láser 6P refuerza al National Infantry Museum y sus lecciones de historia
Los museos tienen dos misiones. La primera y más evidente es la de educar mediante la conservación y exhibición de objetos y la narración de relatos, haciendo posible que las nuevas generaciones aprendan de las que les precedieron y las entiendan mejor. Algo particularmente clave cuando lo que se preserva y exhibe es historia militar.
Pero en segundo lugar, un museo tiene también que involucrar al espectador. Sea cual sea la importancia de su relato, si no transmite adecuadamente sus enseñanzas estas caerán en saco roto. Además de espacios de registro y para el recuerdo, los museos militares, como los de cualquier otro tipo, han de ser lugares entretenidos, y no aburridos y polvorientos.
La contradicción de cualquier museo
Lo que da origen a un círculo vicioso: lo que se gasta en entretenimiento deja de invertirse en conservación, y cuanto menos se conserve, más se debilitará el relato con el que queremos atraer e implicar al visitante y mayor será el peligro de olvidar las enseñanzas de un pasado que estaremos condenados a repetir/a>.
La tensión dista de ser nueva. En The National Infantry Museum de Columbus, Georgia, la vivieron en 2009, cuando incorporaron a una de sus salas una gran pantalla de cine. La idea tenía dos caras: por un lado facilitaría la implicación de los visitantes y aportaría ingresos adicionales, que podrían destinarse a la preservación histórica.
Un archivo inédito a la vista
Pero ese no es más que un lado de la historia. Con el paso del tiempo el museo comprobó que la reserva de impresiones en 1570 que su sistema de proyección exigía era limitada y cada vez menor. En realidad, sólo podían exhibir copias en ese formato, existiendo unos enormes fondos de material de archivo que jamás verían la luz por el elevado coste que suponía la transferencia de formato.
El ejército se pasa al láser
En el museo querían incorporar contenidos, pero también contener los costes operativos y de mantenimiento y generar nuevos ingresos.
Sabían que eso obligaba a digitalizarse, pero, ¿podrían además pasarse al láser? Estaban convencidos de que no, hasta que se toparon con el sistema de proyección de láser y doble cabeza Christie Solaria CP42LH 6P. Jordan Beck, director de la sala de cine del National Infantry Museum, lo explica: “Al final, todo —una mejor claridad, calidad y precio— nos llevó al 6P de Christie”.
Mantener viva la historia
Derek Threinen, vicepresidente del partner de Christie D3D Cinema, lo corrobora: “El sistema de Christie nos permitía optar a las ventajas económicas de lo digital, aprovechar las reducciones de costes por impresión de película, mano de obra, servicio… y reinvertir lo ahorrado en la auténtica misión del museo. El sistema digital de plataforma abierta de Christie dota al museo de acceso a cualquier tipo de contenido desde cualquier fuente digital, y hasta a generar contenidos propios”.
Algo fundamental, pues “Gracias al aumento de ingresos, incluso con el mismo número de entradas, ahora, con Christie, los recursos destinados a la misión del museo —mantener viva la historia— han crecido exponencialmente”, remata Jordan Beck.
Lo irresoluble se resuelve
Decidirse por el láser 6P permitió al National Infantry Museum resolver una serie de problemas que son crónicos en los museos: incorporar fuentes de ingresos adicionales, ofrecer a un número creciente de visitantes materiales mejor investigados y validados académicamente y conseguir de esa forma resultar más atractivos, entretenidos y persuasivos.
Algo particularmente importante a la vista del fiero debate sobre la veracidad o no de los hechos al que asistimos en estos momentos.