El Empire State
¿La top model más famosa de América?
Hizo falta recurrir a treinta y seis HD20k Serie J de 20.000 lúmenes de potencia cada uno, a la ocupación prácticamente total de una terraza de aparcamiento en un edificio contiguo y a proyectores capaces de producir imágenes supernítidas con un ángulo —casi imposible— de 51º.
Sobre la superficie de cuarenta y dos plantas del Empire State Builiding, fotografías proyectadas de Audrey Hepburn, Lauren Bacall, Kate Moss, Reese Witherspoon y Gwyneth Paltrow dejaron a Nueva York boquiabierta.
El 150 cumpleaños de Harper’s Bazaar
Todas esas imágenes icónicas, obra de algunos de los fotógrafos más admirados del siglo XX, como Richard Avedon o Andy Warhol, celebraban el 150 aniversario de Harper’s Bazaar y procedían del inmenso archivo de moda de la revista, un testimonio único de la posición que la ciudad de Nueva York ocupa en el mundo de la moda.
Los desafíos técnicos fueron ingentes, pero fue la logística desplegada por el estudio creativo Obscura Digital lo que da realmente la medida de la magnitud del proyecto: 500 ventanas cegadas, todas con su lámina de cartón; búsqueda de permisos planta por planta de cada una de las empresas y oficinas afectadas y la reserva para toda la noche de todas las plazas de la terraza de un aparcamiento próximo.
Formato 2.7:1
El Empire State es esbelto y delgado como una supermodelo, lo que obligaba a trabajar con las imágenes (muchas de ellas transparencias de 25 x 20 cm) a base de recortes extremadamente meticulosos y efectos de paralaje en animación para adaptarlas de la mejor manera posible a la silueta 2.7:1 del rascacielos. El mapping tampoco fue tarea fácil. Todos conocemos el Empire State de lejos, pero visto de cerca no es, ni mucho menos, una superficie plana y simple, sino todo curvas.
Es lo que tienen las top models, en la pasarela o en la arquitectura: si quieres que den lo máximo tienes que tratarlas con el debido respeto. Nueva York no es ajena a despliegues comerciales de proporciones épicas, pero el Empire Sate no es Times Square, y si Obscura y Harper’s no hubieran optado por una estética tan elegante para el evento la acogida no habría sido tan entusiasta. Podrían hasta haberse topado con el rechazo popular.
A una milla de allí…
Los invitados a la fiesta que tenía lugar en la Rainbow Room del Rockefeller Centre pudieron presenciar un espectáculo nítido y sutil, totalmente en consonancia con el edificio y la ocasión. Las imágenes conservaban el color y la claridad de las fotografías originales. Evidentemente, el mérito era de la proyección, pero el cuidado en la selección de imágenes y el respeto mostrado hacia ellas y hacia el edificio quedaban bien patentes a una milla de allí.
Fue un hito técnico, artístico y social para Harper’s Bazaar, para Nueva York y para el Empire State, que nunca había lucido tan bien.